Yo creo que la implicación de que es movimiento (lo que se queda en nuestro corazón) porque es verbo, es medio apresurada. Pienso más bien que eso dependerá del «corazón» o del ánimo de aquel de cuyo corazón se trata en cada caso, ya que, en algunos casos, seguro predominará el sentido del verbo móvil y vivo (como en los recuerdos cotidianos) y, en otros, el del verbo grabado e inmóvil (como en los álbumes fotográficos, pensados estos como cosa y no como la fuente de la que manan los recuerdos cotidianos).
O algo así.
Ahora bien, respecto al poema o escrito, pienso que es posible que el viento no se pueda llevar el verbo porque a veces a partir de lo dicho sin más, se elabora toda una imagen de la situación real que no se parece mucho a ésta, sino que es como para mantener una esperanza y aferrarse a ella.
O algo así.
¿Qué opinan?
Confieso que yo soy lectora malísima de los haikús.
La pregunta, siguiendo un poco la línea discutiva, sería: qué verbo es aquél grabado en el corazón? Porque independientemente de ello, yo sí creo que todo verbo necesariamente apunta a un movimiento, en tanto que todos son acciones.
Ahora, si alguien se elabora una imagen irreal del verbo grabado, por lo mismo no es más fácil soltarnos de él como un acto volitivo? No se necesitaría del viento ni algo por el estilo sino sólo de la voluntad, sobre todo si lo que se quiere es precisamente borrar ese verbo por algún mal recuerdo o cosas por el estilo. Lo digo sin creerme mucho, a veces no basta el quererlo para desafanarte de alguna acción de esas que pegan en el corazón. Ay dolor!
Me lleva!
ha comenzado una moda
que nos lleva.
jajaja no, ya en serio, qué cosas con esto de la brevedad de la palabra.
¿Todo lo que se queda grabado en el corazón es verbo, y por tanto, es movimiento?
Yo creo que la implicación de que es movimiento (lo que se queda en nuestro corazón) porque es verbo, es medio apresurada. Pienso más bien que eso dependerá del «corazón» o del ánimo de aquel de cuyo corazón se trata en cada caso, ya que, en algunos casos, seguro predominará el sentido del verbo móvil y vivo (como en los recuerdos cotidianos) y, en otros, el del verbo grabado e inmóvil (como en los álbumes fotográficos, pensados estos como cosa y no como la fuente de la que manan los recuerdos cotidianos).
O algo así.
Ahora bien, respecto al poema o escrito, pienso que es posible que el viento no se pueda llevar el verbo porque a veces a partir de lo dicho sin más, se elabora toda una imagen de la situación real que no se parece mucho a ésta, sino que es como para mantener una esperanza y aferrarse a ella.
O algo así.
¿Qué opinan?
Confieso que yo soy lectora malísima de los haikús.
La pregunta, siguiendo un poco la línea discutiva, sería: qué verbo es aquél grabado en el corazón? Porque independientemente de ello, yo sí creo que todo verbo necesariamente apunta a un movimiento, en tanto que todos son acciones.
Ahora, si alguien se elabora una imagen irreal del verbo grabado, por lo mismo no es más fácil soltarnos de él como un acto volitivo? No se necesitaría del viento ni algo por el estilo sino sólo de la voluntad, sobre todo si lo que se quiere es precisamente borrar ese verbo por algún mal recuerdo o cosas por el estilo. Lo digo sin creerme mucho, a veces no basta el quererlo para desafanarte de alguna acción de esas que pegan en el corazón. Ay dolor!