“…pero no me hagas caso, lo que me pasa es

 que este mundo no lo entiendo…”

Luis Eduardo Aute

 

Lo confieso, sostengo un sinnúmero de necedades.

Pero mi necedad más criticada contrariamente es la que yo he tenido más cierta y he manifestado sin más, mi necedad que dicta que el amor no existe.

Sería fácil culpar de mi obstinación a la mala suerte que he padecido en este asunto, a los varios bellacos con los que he tropezado en mis andanzas amorosas, a las muchas canciones deprimentes que a diario ingiero auditivamente o a la explicación científica de tal. Quizá a todo en conjunto o a nada de eso. Quizá sólo sea yo. Quién sabe.

No planeo explicar demasiado al respecto, la tengo cual vil petición de principio. Así.

Y que conste que ésta no es una invitación a que alguien me pruebe lo contrario, ésta es tan sólo, una última confesión melancólica.

La cigarra